martes, 11 de junio de 2013

La Argentina, con Messi en el banco, tiene una visita de riesgo entre Ecuador y la altura

GUAYAQUIL.- Cuando está por terminar la jornada laboral de un lunes caluroso, un bullicio aparece cuando entra en escena Messi y cía. camino al entrenamiento en el estadio de Barcelona, de Guayaquil, aunque el respeto que ofrecen los ecuatorianos es palpable. Gritos, pedidos de una fotografía o un autógrafo, y muchas miradas de admiración. Si el seleccionado de la AFA tiene un prestigio y reconocimiento, sin dudas contrastan con las imágenes de televisión que paralizaron por un instante al plantel de Sabella por la noticia de un hincha fallecido en el campeonato argentino. Cuesta relacionar a este equipo, que cosecha respeto y halagos fuera de sus fronteras, que tiene puntos como para estar con un pie y medio en Brasil, con su medio de procedencia. Más allá de la noticia de alto impacto, la cuenta regresiva parece eterna para este grupo. Jugadores y cuerpo técnico mantienen una lucha desigual con la creciente ansiedad por alcanzar la clasificación. Entonces el programado partido con Ecuador de hoy, a las 18 (hora argentina), además de puntos, también sirve para quemar nervios y consolidar un proyecto que cuenta con credibilidad. Mirá todas las estadísticas de las eliminatorias . El seleccionado arribará hoy a Quito con una posibilidad un tanto lejana de asegurarse la clasificación a Brasil 2014. La llegada prevista para unas horas antes del partido será proveniente de Guayaquil, una ciudad que se ha acostumbrado a recibir a los equipos argentinos ocupados por contrarrestar los efectos de los 2850 metros de altura de Quito. Al fin, un rival invisible al que quisieran evitar por el condicionante físico que significa. De ahí la complejidad de lo planificado por el cuerpo técnico, ya sea en el plano logístico, pero fundamentalmente en el futbolístico, en el que Alejandro Sabella dispondrá el mismo plan utilizado en el 1-1 ante Bolivia, en La Paz, el 26 de marzo pasado. ¿Cuál será el planteo? Sabella cambia radicalmente lo realizado ante Colombia y ahora insistirá con el esquema que utilizó en el último partido en La Paz: 5-3-2. Habrá cambios en todas las líneas. Reaparecerá una defensa con cinco jugadores, con los ingresos de Gino Peruzzi y José Basanta, ambos de buenas actuaciones ante Bolivia. En el medio campo se cubrirá el espacio con tres hombres: Ever Banega (por Lucas Biglia), Javier Mascherano y Ángel Di María, la figura del último encuentro de visitante en el Hernando Siles y también de destacada actuación en el empate frente a Colombia. Más la vuelta a un ataque con dos delanteros, esta vez sin la presencia de Gonzalo Higuaín, expulsado en el último partido. Messi, otra vez suplente Más allá de los estrictos controles de seguridad que cierran el paso de los enviados especiales, los allegados de siempre informan que nunca hay que dejar de lado la capacidad de Lionel Messi para restablecerse, pero también transmiten lo complicado de una decisión que podría exponerlo más allá de los tiempos previstos, que no serían más de 45 minutos. Rodrigo Palacio ganó la carrera por la titularidad por su "esfuerzo táctico" en la altura de La Paz, según explicó en su momento Sabella. El contexto le favoreció al delantero de Inter y se transformó en el acompañante de Agüero, quien más allá de cierto desgaste que evidenció en el partido con Colombia, del viernes pasado, fue protagonista de los últimos ensayos y se mantuvo en el equipo. ¿Cuál será la estrategia? El seleccionado intentará agruparse bien, sin dejar muchos espacios entre sus líneas. Es consciente que la intensidad del partido llegará del lado de Ecuador, que viene de perder 1-0 ante Perú en Lima, pero sabe que un buen resultado será clave para quedar en una posición de privilegio respecto a los lugares que clasifican para Brasil 2014. Puede especular con la desesperación rival, pero la fórmula conjuga tenencia y sorpresa. La Argentina quiere el triunfo y sabe que la paciencia puede ser una de sus armas. ¿Qué preocupa de Ecuador? La solidez de equipo que tiene en condición de local, donde ganó la totalidad de los puntos en los seis partidos que disputó en el estadio Olímpico Atahualpa. Sus jugadores son potentes y veloces por los costados: Paredes y Valencia conforman una pareja que se combina letalmente para desequilibrar por la derecha, y una fórmula similar se da por la izquierda a través de Walter Ayoví y Montero. La insistencia de sus remates de media distancia y los centros al área en favor de una pelota, que según Sabella "no es que no dobla, pero dobla más tarde", y la presión que ejerce el equipo de Luis Rueda en campo rival. Y un aspecto intangible: la motivación ante el primero y el mejor de las eliminatorias. Al margen de las posibilidades matemáticas de clasificación en esta 14» fecha, al margen de tener que convivir con las malas noticias de nuestro fútbol


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